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Según estudio, el uso excesivo del celular puede afectar la fertilidad masculina.

 














Según un estudio elaborado por un equipo del Centro Médico Carmel y el Technion de Haifa, publicado esta semana por la revista científica digital Reproductive BioMedicine Online, excederse en el uso del celular o mantenerlo cerca de la ingle puede afectar la fertilidad masculina.
Teniendo en cuenta que la infertilidad masculina constituye del 30 al 40 por ciento de los casos en los que una pareja no puede procrear, científicos han realizado investigaciones sobre el continuo declive en la calidad del semen desde comienzos del siglo XX y el impacto de la radiación de frecuencia electromagnética emitida por los teléfonos móviles.
El doctor Ariel Zilbertlicht del Centro Médico Carmel y líder del estudio entre el uso del celular y la calidad del semen, analizó las referencias de 106 hombres mediante el acceso a datos demográficos de cómo empleaban el teléfono y su esperma.
Los resultados revelaron que la calidad del semen se redujo a niveles que podían causar infertilidad entre los hombres que suelen llevar sus celulares a medio metro de la ingle.
Asimismo, aquellos que guardan el móvil en los bolsillos de sus pantalones a lo largo del día reportan los mismos niveles bajos de concentración de semen.
Por otro lado, se comprobó que hablar por celular más de una hora al día o hacerlo mientras se carga la batería también afecta los niveles de concentración del esperma.
Los investigadores concluyen que para evitar riesgos en la fertilidad masculina es necesario que se disminuya el uso del celular durante el día y guardarlo en lugares que no afecten la salud.
 

Infección por virus Zika















La fiebre del Zika es una enfermedad viral transmitida por mosquitos causada por el virus Zika (ZIKV), y que consiste en fiebre leve, sarpullido (principalmente maculo-papular), dolor de cabeza, dolor en las articulaciones, dolor muscular, malestar general y conjuntivitis no purulenta que ocurre entre tres a doce días después de la picadura del mosquito vector. Una de cada cuatro personas puede no desarrollar síntomas, pero en quienes sí son afectados la enfermedad es usualmente leve, con síntomas que pueden durar entre dos y siete días. La apariencia clínica es muchas veces similar a la del dengue, que también se transmite por mosquitos. El virus es muy cercano a otros virus como el dengue, fiebre amarilla, la encefalitis japonesa, o el virus del Nilo Occidental.
Se aisló por primera vez en 1947 en los bosques de Zika (Uganda), en un mono Rhesus durante un studio sobre la transmisión de la fiebre amarilla selvática. Aunque la infección en seres humanos se demostró por estudios serológicos en 1952 (Uganda y Tanzania), sólo hasta 1968 se logró aislar el virus a partir de muestras humanas en Nigeria. En el año 2007 tuvo lugar el primer brote importante de fiebre por virus Zika en la Isla de Yap (Micronesia) en la que se notificaron 185 casos sospechosos. Posteriormente se registró un brote en la Polinesia Francesa.
El ZIKV, se transmite por la picadura de un mosquito del género Aedes, que es el mismo que puede transmitir dengue o chikungunya y está presente en las zonas tropicales y subtropicales de las Américas. Tras la picadura del mosquito, los síntomas de enfermedad aparecen generalmente después de un periodo de incubación de tres a doce días. No se han documentado más de una infección por Zika en una misma persona. Se considera que la respuesta inmune protege de por vida. Hasta el momento no se ha informado sobre muertes atribuidas a fiebre por virus Zika en ninguno de los brotes registrados por esta enfermedad.
Se pude viajar a los países donde circula el virus Zika y se recomienda a los viajeros que visitan Brasil, en particular, los estados señalados previamente y para aquellos que visitan las islas afectadas en la región del Pacífico, que deben ser conscientes del actual brote de infección ZIKV. Como no existe ningún tratamiento ni vacuna disponibles, la prevención se basa en medidas de protección personal similares a las recomendadas que contra el dengue y la chikungunya, por lo que deben seguir las siguientes recomendaciones para prevenir las picaduras de mosquito y reducir el riesgo de infección:
1.-Cubra la piel expuesta con camisas de manga larga, pantalones y sombreros,
2.-Use repelente como se indica y reaplique como se sugiere y
3.-Duerma en lugares que estén protegidos con mosquiteros. Los mosquitos Aedes pican durante el día, así como en la tarde y la noche. Como la exposición a mosquitos infectados es la principal vía de infección, la prevención de la infección ZIKV se basa en la protección contra las picaduras de mosquitos.

Tratamiento
- No hay vacuna ni tratamiento específico para la fiebre por virus Zika. Por ello el tratamiento se dirige al alivio de los síntomas.
- El tratamiento sintomático y de soporte incluye reposo y el uso de acetaminofén o paracetamol para el alivio de la fiebre. También se pueden administrar antihistamínicos para controlar el prurito asociado habitualmente a la erupción maculopapular.
-No se aconseja el uso de aspirina debido al riesgo de sangrado y el riesgo de desarrollar síndrome de Reye en niños menores de 12 años de edad. Tampoco se aconseja el uso de otros antiinflamatorios no esteroideos, por si la causa del cuadro clínico fuera dengue o chiikungunya (patologías en las que está contraindicado el uso de AINES).
- Se debe aconsejar a los pacientes ingerir abundantes cantidades de líquidos para reponer la depleción por sudoración, vómitos y otras pérdidas insensibles.



¿De verdad hay alimentos que rejuvenecen?















Vivir envejece. Por mucho que nos pese, es así. Cada vez que respiramos nos hacemos un poquito más mayores. Tampoco se trata de ahogarse para sortear la aparición de canas y arrugas. Los más presumidos pueden probar con un poco de tinte en el pelo, si aún les queda, claro. El resto podemos practicar aquello de una alimentación más saludable para retardar las consecuencias del paso del tiempo sobre nuestro organismo.
Hace tiempo que los beneficios de la dieta mediterránea sobre la salud humana gozan de buena fama por prevenir las enfermedades crónicas y aumentar la esperanza de vida. Pero nunca hasta ahora se había demostrado a nivel molecular la contribución de una alimentación saludable a una mayor longevidad.
La catalana Marta Crous-Bou, investigadora en la Escuela Médica de Harvard (Estados Unidos), ha publicado este mes en la revista científica de referencia British Medical Journal los entresijos genéticos que explicarían por qué una dieta saludable contribuye a una mayor esperanza de vida. La clave está en los telómeros.

¿Los telo-qué?

Los telómeros protegen las puntas de los cromosomas, que contienen nuestro material genético dentro de las células, como si fueran las fundas de plástico que recubren el inicio y el final de los cordones de un zapato. Su longitud se asocia a la esperanza de vida: por eso, a medida que nos hacemos mayores, los telómeros se hacen más cortos.
Por primera vez, un equipo de investigación, liderado por Crous-Bou, ha observado que una mayor práctica de la dieta mediterránea se relaciona con telómeros más largos. Los científicos han analizado una muestra de 4.676 mujeres sanas que formaban parte de Nurses’ Health Study, una de las cohortes más grandes y duraderas sobre los factores que influyen en la salud de la mujer. El trabajo recoge datos de los hábitos de vida de estas féminas desde 1976, y muestras de sangre de todas ellas desde principios de los 90, que han servido para analizar el estado de sus telómeros.
“Ahora queremos confirmar los mismos resultados en hombres”, comenta Crous-Bou, que ya ha analizado de forma preliminar los efectos de la dieta mediterránea en unos 2.000 hombres. “Parece que la asociación también existe”, añade.
La dieta mediterránea se diferencia por la simplicidad y la variedad en la alimentación, basada en una combinación equilibrada de productos frescos y de temporada. La cesta de la compra de los países mediterráneos está llena de verdura, fruta, frutos secos, cereales sin refinar y legumbres, sobre todo guisantes, habichuelas y lentejas.
El oxígeno es un arma de doble filo: respirar es básico para sobrevivir, pero también está involucrado en el proceso celular que nos envejece
El consumo de pescado es preferible al de carne, que debe ser menos frecuente. La Fundación Dieta Mediterránea recomienda el uso generoso de aceite de oliva, evitando así las grasas saturadas, y una ingesta moderada de alcohol (vino) durante las comidas.
“A través de la dieta puedes frenar el envejecimiento”, confirma Mireia Carbonell, nutricionista y tecnóloga de los alimentos. Pero también recuerda que una buena alimentación debe ir acompañada de un buen estilo de vida, ya que hay otros factores como el consumo de tabaco, el abuso de alcohol, el estrés, la exposición al sol sin protección, el ejercicio intenso y la contaminación ambiental, que son oxidantes.

El cuerpo se oxida

El oxígeno es un arma de doble filo: respirar es básico para sobrevivir, pero también está involucrado en el proceso celular que nos envejece. En el curso de metabolización del oxígeno para conseguir energía, se forman radicales libres, enlaces débiles responsables de la inestabilidad y la oxidación celular que se asocian al envejecimiento y enfermedades como las cardiovasculares y el cáncer. Hay nutricionistas que recomiendan una dieta rica en alimentos antioxidantes para ayudar a revertir esta degeneración. "Para conseguir los niveles de antioxidantes en condiciones normales es de vital importancia consumir fruta y verdura a diario, y más de una vez”, recalca Carbonell.
Las vitaminas A, C y E son los principales antioxidantes que contribuyen a frenar los efectos del envejecimiento. La mayoría de estos compuestos se encuentran en alimentos de origen vegetal: frutas y verduras, mejor crudas. Algunos de los alimentos con mayores propiedades antioxidantes son: cítricos, aguacate, zanahoria, brócoli, frutos rojos (arándanos, moras, frambuesas y fresas), coles, uvas, tomates, espinacas y cebollas. 
Sin embargo, la ciencia aún no ha podido extrapolar los datos antioxidantes de estos alimentos, generados in vitro, a un modelo in vivo en humanos. Por eso, el servicio de investigación del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos retiró, en su momento, un listado de alimentos similar al anterior.
El investigador español Rafael de Cabo, del Instituto Nacional de Envejecimiento de los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos, lidera un artículo publicado hace unos meses en la revista Cell, donde repasa de forma crítica la búsqueda de fórmulas antiedad, "desde elixires a regímenes de ayuno”. Pues esto no va de comer aguacate para combatir las patas de gallo, sino de alimentarse bien para vivir más y mejor. Las canas, siempre, se pueden teñir.